Para promover la lectura es importante el acceso a libros. Que estos tengan presencia en la vida de los niños, y que los niños cuenten con adultos que estén dispuestos a leerles y abrirles las puertas a ese maravilloso mundo que se puede crear a través de la palabra escrita.
Lamentablemente no todos los niños cuentan con libros apropiados para su edad en casa, ni con bibliotecas que estén funcionando en sus instituciones educativas, y comunidad. Es decir, bibliotecas donde además de contar con espacios para leer por placer, puedan prestarse los libros para llevarse a sus casas. Digo que es lamentable porque este acceso a los libros tiene repercusiones importantes en su desarrollo. Existe una relación estrecha entre el acceso a libros, el desarrollo del lenguaje, vocabulario y la comprensión lectora.
Justamente una brecha que comienza a gestarse en la primera infancia y que se va
acumulando con el tiempo es la del lenguaje
oral. Niños, de hogares desfavorecidos económicamente, que desarrollan un pensamiento bastante rico, a través de la acción,
porque tienen libertad para jugar, explorar, porque se ven retados a
transformar elementos de su entorno para enriquecer su juego, cuando tienen que transitar del pensamiento a través de la acción al pensamiento a través del lenguaje, no siempre tienen las palabras
para expresar la complejidad de su pensamiento. Fernald et al. (2013), Fernald et al, (2009) y Hart y Risley (2005), entre otros, encuentran que los niños en hogares desfavorecidos escuchan un discurso menos complejo en estructura de oraciones y vocabulario. Además, las familias con menos ventajas educativas y recursos económicos tienen menos libros en sus hogares. Como resultado, estos niños entran a la escuela con un menor desarrollo del lenguaje oral. Hablan y reconocen menos palabras que los niños con hogares más favorecidos. De acuerdo a la literatura estos déficits tienden a acumularse con el tiempo.
¿Por qué tenemos que poner atención en el desarrollo del lenguaje?
Porque el lenguaje es un objeto social, y
como dice Vigostky, se convierte en un
instrumento de mediación con el mundo, le permite al niño transitar del
pensamiento expresado a través de la acción, a un pensamiento más abstracto que
se sostiene en el lenguaje.
Pero, el lenguaje oral no solo es la base para el
pensamiento, sino también, es la base para las interacciones sociales, y para el
aprendizaje. Como dice Bruner "el lenguaje no solo transmite el conocimiento, sino que crea o constituye
el conocimiento o realidad”. Entonces, si un niño tiene un lenguaje limitado, le será difícil acceder al conocimiento.
Aprender el lenguaje de su grupo social no es un
problema para los niños. Los niños
tienen la capacidad para hacerlo y lo aprenden de una manera asombrosa. El problema está en ¿cómo es el lenguaje que rodea a los niños? ¿Es un lenguaje simple, directo? ¿O es un lenguaje rico en estructuras y palabras?
¿Cómo podemos contribuir?
Una forma de cerrar esta brecha que comienza a gestarse en edades tempranas, es promoviendo el acceso de los niños a los libros, para exponerlos a un mundo más rico de palabras, a mayor vocabulario, a discursos más complejos.
Desde el Estado se viene dotando a las instituciones educativas de bibliotecas escolares. Es importante que además en estas instituciones se tenga espacios diarios para promover la lectura por placer, y los libros puedan ir a las casas de los niños.
Pero adicionalmente a nivel comunitario se podría implementar esta propuesta de "pequeñas bibliotecas gratuitas", donde podamos poner libros para compartir, sin miedo a que se pierdan, confiando en las personas, para que la propuesta pueda enriquecerse, y sostenerse.
Estoy segura que si hacemos un trabajo de sensibilización y promoción podemos hacer posible estas "pequeñas bibliotecas gratuitas" en nuestras instituciones educativas y comunidades.
Es una propuesta fácil de implementar, que convoca la participación, y tendrá grandes repercusiones en la vida de los niños y sus familias.
¿Quién se anima a comenzarla en su colegio? ¿en su comunidad?
Si comienzan a hacerlo escríbenos a Nara contándonos tu historia para colaborar con tu proyecto
contact@naralearning.com
Acerquemos los libros a los niños para generar lectores y cerrar las brechas en el desarrollo del lenguaje.
Vanetty Molinero, 17 de febrero 2020.