Las tareas como fuente de presión y tensión para los niños y sus familias

By Vanetty Molinero Nano - 9:13





Lo noto más ansioso, sensible.  Ha comenzado a comerse las uñas.  No quiere ir al colegio. Como mamá también me siento preocupada.  Llega del colegio  a las 3:45 p.m., reviso sus cuadernos y en algunos no ha logrado terminar de copiar lo que trabajaron.  Me dice que la profesora borra la pizarra y les pide que guarden el cuaderno cuando se acaba el tiempo porque ya tienen que hacer otra cosa.  Tengo que consultar con otras mamás para ver si sus hijos lograron completar lo que les indicó la profesora, y así ayudarlo. 

El tiempo no alcanza.  Él tiene que almorzar porque no logra comer bien en el colegio.  E inmediatamente tenemos que ponernos a hacer las tareas. Ya no hay tiempo para jugar.  Él está cansado. Me dice: “…pero mamá, ya hice eso todo el día, quiero jugar”.  Es una tensión muy fuerte.  Estamos terminando tarde de hacer las tareas y ya tiene que bañarse para que duerma. Y así se nos pasó el día.  Yo creo que eso no está bien.  Mi esposo me dice:tú no puedes cambiar el sistema”. Él quiso mucho que él estudiara en ese colegio, porque sus sobrinos estudiaron ahí.

Antes que ingresara al colegio, íbamos en las tardes al parque,  compartíamos el almuerzo,  los fines de semana salíamos a pasear.  Ahora ya no podemos seguir haciendo eso.  Los fines de semana también hay que hacer tareas. 
                                           Angélica, mamá de Marcel (6 años 4 meses),  que cursa el primer grado.  



Muchos niños, al igual que Marcel, comienzan a vivir la educación como un proceso que los presiona y les genera estrés.  En vez de ser una experiencia que despierte la emoción, el interés por aprender, termina generando un apagón emocional, que termina incluso afectando la intimidad familiar porque la presión y la tensión que experimentan los niños también se traslada a sus padres, que tienen que ayudarlos para que puedan cumplir con las exigencias de la escuela.


¿Será que el problema está en nuestros hijos?



Nos resulta difícil cuestionar las prácticas de un colegio que goza de prestigio, por el que hicimos muchos esfuerzos para que nuestros hijos ingresen, porque era nuestro sueño que estudiaran ahí.  Un colegio en el que confiamos porque nos asegura que les va a dar una buena educación a nuestros hijos”. Sobre todo cuando vemos que hay niños que logran adaptarse y logran responder a ese sistema. 


Así, terminamos creyendo que el problema está en nuestros hijos.  Y como tenemos que asegurarles una buena educación, los apoyamos con todo el esfuerzo para que logren responder a las exigencias del colegio.  Terminamos haciendo de profesores, y muchas veces encima tenemos que derivarlos a terapia. 

Es verdad. Como papás, no somos profesionales de la educación, y nos puede resultar difícil identificar si una práctica pedagógica es conveniente o no para nuestros hijos. Pero recordemos que tenemos sentido común, que nos dice que algo no está bien. No necesitamos ser expertos en educación, ni psicólogos, para identificar si una experiencia educativa está potenciando la luz que hay en nuestros hijos, o la está apagando.    

Pero ellos ya no están en inicial, ahora tienen que prepararse para vivir en un mundo competitivo


No porque el colegio desarrolle todo su voluminoso programa educativo significa que hay aprendizaje.  Los niños pueden hacer las cosas mecánicamente y terminamos creyendo que aprendieron. Pero eso no significa que lo hayan comprendido, que lo hayan interiorizado.  No nos engañemos.

Es verdad que muchos niños pueden terminar adaptándose para responder a las expectativas de sus profesores, o de sus padres. Pero llegará un momento en que se aburrirán y comenzarán a odiar los estudios.  La exigencia que creíamos que era importante, comenzará a tener un efecto contrario del que creíamos.

Por otro lado, no existe ninguna evidencia que muestre que las tareas aportan en el aprendizaje de los niños.  Harris Cooper, profesor de educación y psicología en la Universidad de Duke, uno de los investigadores más conocidos sobre las tareas, ha concluído que hasta el quinto grado de primaria, la tarea debe de ser muy limitada.

Finalmente las tareas dejan a nuestros hijos sin tiempo para jugar, para moverse. Experiencias que son vitales en su vida y que no acaban cuando ingresa a la primaria.  El horario escolar se ha extendido.  Los niños llegan a sus hogares más tarde, entre 3:30 y 4:30 p.m., agotados y con tareas. En el colegio pasaron gran parte del día sentados.  ¿No es una locura pedirles que sigan en sus casas sentados?    Deberían dormir temprano porque al día siguiente deben salir de casa entre 6:30 a 7:00 a.m. para ir al colegio.  Ante las exigencias, duermen tarde.  Al verse afectado el sueño se ve afectada su capacidad para aprender y su comportamiento.    Es como si a los adultos nos pidieran que luego de estar en el trabajo, llevemos trabajo a casa para seguir trabajando desde ahí.     

¿Qué hacemos?


En el trabajo que realizo con docentes, lo que encuentro es que ellos también se sienten presionados por avanzar y cumplir con un programa educativo, pero se sienten impotentes ante una institución que les exige avanzar. 

Las instituciones quieren cumplir con programas educativos ambiciosos porque creen que eso es lo que las familias quieren.  Desde su percepción, eso es lo que le asegura los clientes.  Es decir, se perdió el norte de la educación. 

Es momento de que las familias comencemos a decir NO, a aquello que no hace bien a nuestros hijos, a aquello que les quita la potencia para aprender.


  • Informémonos para sentirnos seguros de cuestionar propuestas educativas que no son pertinentes para la edad de nuestros hijos.
  • Compartamos nuestras preocupaciones con otras familias porque no somos los únicos que enfrentamos eso con nuestros hijos. 
  • Organicémonos para demandar una educación que promueva el aprendizaje  desde el disfrute.



Recordemos que las familias tenemos un poder importante para impulsar el cambio educativo que necesitamos.   
Vanetty Molinero, junio 2017
Fotografía:
Chris Yarzab - Homework

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