Vivimos en un mundo cargado de estímulos que nos saturan y estresan. Si a nosotros, que somos adultos, nos afecta la cantidad de estímulos que recib
Hace poco estuve leyendo un libro de Stuart Shanker (2012), experto en regulación de la conducta. Y me pareció interesante cómo desde la neurociencia se comprueba algo que se viene señalando desde muchos años atrás por propuestas pedagógicas respetuosas de la infancia: que la sobrecarga de estímulos puede afectar no solo la atención de los niños, sino también su conducta.
Para Shanker, los niños se concentran mejor en un ambiente con un reducido número de distractores visuales. Los resultados de sus investigaciones y otros estudios que toma como referencia, ayudan a romper los mitos que se crearon con el boom de la estimulación temprana, como usar colores fuertes, brillantes y vibrantes para captar la atención de los niños, y que todavía están muy presentes en la mayoría de productos que se ofrecen a los niños. Y nos recuerda que la investigación sobre la autoregulación ha establecido firmemente que los estímulos auditivos, son, por mucho, los mayores distractores.
Teniendo en consideración esta información, deberíamos ayudar a nuestros hijos a reducir la sobrecarga sensorial que les rodea. De esta manera podemos comenzar a generar un poco más de tranquilidad y atención en ellos, mejorando el ambiente que les rodea.
Un espacio saturado de estímulos perjudica la conducta de los niños y su aprendizaje.
¿Cómo mejorar el ambiente que rodea a tu hijo?
- Utiliza colores que proporcionen un efecto calmante (crema, blanco, gris, o colores pasteles).
- Limita el material audiovisual de apariencia brillante (carteles, cenefas, móviles).
- Bríndale suficiente cantidad de juguetes. No muchos porque no sabrá con qué jugar, harás que se disperse, ni muy pocos, porque harás que se aburra (si tiene muchos juguetes puedes hacerlos rotar, y así encontrará más novedad).
- Mantén su espacio organizado y ordenado y enséñale a mantenerlo así (organiza sus juguetes en envases y compartimentos que le permita ver lo que tiene, pon los juguetes que no usa fuera de la vista).
- Coloca deslizadores de fieltro en los muebles para que no hagan ruido cuando los mueven.
- Reduce el ruido externo (apaga la televisión, la radio o la música. Cuando el niño juega no necesita animación externa).