Cuando tenemos
hijos, las situaciones de violencia sexual nos duelen, nos tocan de una manera
distinta, porque se nos mueve el miedo y el terror de que nuestras hijas e
hijos, se vean enfrentados a una situación similar. En el Perú, la violencia hacia la mujer ha
terminado convirtiéndose en algo cotidiano, llegándose incluso a normalizar.
Hemos llegado a aceptar que no hay justicia, que una o uno mismo es quien tiene
que cuidarse, y que si te llega a pasar algo, es porque no te cuidaste
bien.
Frente a ello, como
padres, madres, optamos por evitar estos temas y no hablarlos con nuestros
hijos e hijas, porque nos parece demasiado fuerte, doloroso, o nos da vergüenza
hablar de sexualidad. Solo cuando algo logra ser noticia lo comentamos,
generalmente a través de las redes sociales.
Pero como todas las noticias pasan, el tema, al poco tiempo, queda en el
olvido.
Siendo así, es
difícil tomar consciencia de que la agresión y la violencia hacia las mujeres
es una realidad, y que deberíamos tomar acciones para enfrentarla y cambiarla.
Y sobre todo, que este cambio puede y debe nacer desde nuestro quehacer
cotidiano. Pongamos algunos ejemplos:
¿Nos reímos frente a chistes o comentarios machistas? ¿O callamos porque sentimos que no nos escucharán o porque solo se trata de un chiste y no le damos importancia? ¿O logramos rechazarlos y criticarlos para que aquel que lo dijo y los que rieron pueda repensarlo?
¿Toleramos la violencia dentro de casa? ¿O callamos porque nos da vergüenza o porque sentimos que no pasará nada si la denunciamos?
Si queremos para nuestros hijos e hijas una sociedad distinta, más igualitaria y justa, menos violenta con las mujeres, tenemos que comenzar a educarlos para ello
¿Nos reímos frente a chistes o comentarios machistas? ¿O callamos porque sentimos que no nos escucharán o porque solo se trata de un chiste y no le damos importancia? ¿O logramos rechazarlos y criticarlos para que aquel que lo dijo y los que rieron pueda repensarlo?
¿Toleramos la violencia dentro de casa? ¿O callamos porque nos da vergüenza o porque sentimos que no pasará nada si la denunciamos?
Si queremos para nuestros hijos e hijas una sociedad distinta, más igualitaria y justa, menos violenta con las mujeres, tenemos que comenzar a educarlos para ello
Algunas ideas para educar a nuestros hijos para vivir en una sociedad más igualitaria y justa:
Hagamos que nuestras hijas e hijos, vean la violencia como algo que es
inaceptable. Enseñémosles con nuestro
ejemplo a rechazar y denunciar la violencia, incluso expresada en forma de chistes
o comentarios.
Ayudemos a nuestras hijas e hijos a crecer sintiéndose respetados y merecedores de respeto. Por ejemplo, si
jugamos a hacerles cosquillas y nos dicen NO, deberíamos parar de inmediato,
porque nos está manifestando que no quiere.
Recordemos que es a través de pequeñas acciones que los hacemos sentir
respetados, y que su cuerpo les pertenece.
Como nos dice Alice Miller: “si los niños se acostumbran desde el
principio a que su mundo sea respetado, no tendrán problemas para reconocer las
faltas de respeto en un futuro”. Y añadiría que no solo reconocerlas, sino que
además no tendrán problemas para exigir respeto.
No hagamos distinciones entre nuestros hijos hombres y mujeres, ya sea
en el uso del espacio, en la repartición de las tareas del hogar, en la de los
juguetes, etc. porque de esa manera les ayudaremos a crecer sintiendo que
tienen los mismos derechos y oportunidades.
Enseñen los padres con su ejemplo que los hombres también son
afectivos y tienen derecho a mostrar su sensibilidad y sentimientos, para
eliminar las etiquetas de macho que la
sociedad nos impone.
Que la repetición
de acciones violentas hacia la mujer no haga que se instale en nuestros
corazones la indiferencia. Podemos hacer el cambio desde casa, en la educación
de nuestros hijos e hijas.
Vanetty Molinero, octubre 2017